viernes, 13 de mayo de 2011

Antes Ciudad de los Palacios, hoy Parque Jurásico y Zona de Guerra

Todos los días, los pobres que vivimos en la ciudad de México, la antes Ciudad de los Palacios, la no tan lejana Región más Transparente de Carlos Fuentes, nos enfrentamos a cosas inimaginables. Día a día, echamos la suerte. Todas las cartas resultan malas o peores. Una, dice tráfico, la otra obra, aquella, manifestaciones y la de más allá, inseguridad. Como una lotería macabra que nos vemos obligados a jugar sin opciones, sin salida.

Ya no me puedo acordar de un México sin letreros que indican obras a pocos metros, sin esos enanos anaranjados, que en forma de postes, nos provocan pánico y de repente, parten en dos las calles y avenidas, nos reducen los carriles y nos empujan irremediablemente a un nudo en el que podemos estar horas.

Algunos, tal vez de manera exagerada, afirman que el 90% de nuestra capital se encuentra en obras, no sé si sea tanto, pero cuando nos encontramos en medio de ellas, más bien parece que nos transportan a zonas de guerra que se nos figuran tremendamente extensas. Construcción de nuevas líneas del metro, construcción del metrobús, construcción del Segundo Piso, construcción de la Súper vía a Santa Fé, MANTENIMIENTO de las 23.00PM a las 5.00AM.en... y en... y en....UTILICE VÍAS ALTERNAS, y así, de manera interminable, días, meses, años y la ciudad de México parece ahora, una vieja señora a medio arreglar. Le faltan la ropa y el maquillaje y lleva los tacones siempre rotos. ¿Algún día volverá a ser una Diva?

Y si el día es una pesadilla, la noche se llena de monstruos para miles de infortunados que viven cerca de las zonas de construcción. Las máquinas, de metal, de todos los colores, tamaños y funciones, se despiertan como gigantescos dinosaurios y emiten sus ruidos que semejan esos sonidos antediluvianos que sólo habíamos podido escuchar en las recreaciones computarizadas de seres extinguidos hace millones de años. ¡Pero que suerte tenemos! Ahora, ya no nos hace tanta falta la imaginación. ¡Movimiento y sonido en vivo! Seudo temblores de tierra a diario. Y desde las ventanas, con enorme diversión, eso sí que es entretenimiento, podemos ver a un gran monstruo, de color amarillo, que gira su enorme cuello y hunde uno de sus gigantescos brazos en forma de tornillo, en lo que hasta hace unos minutos, era pavimento. Permanece abajo un rato y luego emerge, cargado de tierra, la cual deposita, agitándose con grandes movimientos y ruidos sobre la parte central del Periférico. Y es entonces, cuando hace su aparición, una especie de ratón blanco con ojos de luces brillantes, se acerca y con su boquita pequeña de ratón recoge sólo una cuarta parte de la tierra depositada, se mueve como ratón, se aleja unos cientos de metros para depositarla quien sabe donde y a toda prisa se prepara para volver. Cascos azules, chalecos anaranjados y las pulguitas humanas se mueven junto a los enormes dinosaurios.

Esto en la calle, en la obra, pero encerrados dentro de sus casas o departamentos, cuartos de hoteles u hospitales, las pobres víctimas del progreso, los que se sacrifican y sufren las molestias por el bien común, se enfrentan al insomnio permanente o al sueño intermitente. En muchos casos, llegan la depresión y el disgusto y la irritación, como resultados inevitables de la falta de un sueño tranquilo y reparador. ¡No es justo!¡Necesito descansar! He trabajado todo el día, y el tráfico y las groserías y los sustos. Me atendieron mal, me robaron la cartera, me dieron un billete roto, me llevaron el coche los de la grúa. Ni con todo ese agotamiento se aparecerá el sueño, ahuyentado, definitivamente por el ruido y los temblores. De nada sirven las ovejas aunque las contemos un millón de veces.

Y ahora, aunque no me lo pidan, les voy a dar un consejo. La solución, son desde luego, los audífonos que nos permiten dormir con ruido, pero con un ruido mucho, muchísimo más agradable. Las opciones, diferentes géneros de música, y perdón, ya sé que muchos me tacharán de ignorante o de irreverente por considerar a la música como un ruido, olvidando tal vez, que hablo de una de las Musas universales, pero ni modo, un clavo saca a otro clavo y en vez de disfrutar y deleitarnos escuchando música, la "usamos" para tapar o disminuir el estruendo de estos dinosaurios del siglo XXI. No importa, de cualquier manera, la música sigue siendo una necesidad, si no del alma, sí de nuestros oídos torturados.

A mí, la mejor opción desde luego, me parecen las noticias y afortunadamente, De Una a Tres, se repite a lo largo de la toda la noche y hasta las seis de la mañana. Me quedo dormida oyendo a Jacobo, escucho los reportes de todos los frentes y la crítica política más divertida, irónica y sutil que hace con Alfredo Domínguez Muro. Al final, como todos los días, el tango, que la mayor parte de las madrugadas, no es el último, ya que lo vuelvo a escuchar en la siguiente repetición.

Así que si viven cerca de las obras, no se olviden que lo más indispensable para ir a dormir son los audífonos ¡ah! y por supuesto unas pilas de repuesto para cualquier emergencia.


Sólo me pregunto, si además, nuestros gobernantes también cuentan con pilas, ya no de emergencia, sino indispensables para funcionar. ¿Las obras se realizan en base a una planificación real o son producto de los sueños de quienes si pueden dormir? ¿Funcionarán realmente como debe ser? ¿Son ocurrencias que puedan aportar capitales de varios tipos para las próximas elecciones del 2012? Muchos expertos afirman que en la construcción de estas enormes redes, que más bien parecen tejidas por el Hombre Araña, no se ha permitido la participación de ingenieros, arquitectos y urbanistas especializados, quienes son los verdaderos entendidos en la materia.

¿Será posible que la enorme inversión y el sacrificio de los mártires mexicanos del siglo XXI no den los excelentes resultados que se esperan? Lo que si sé, es que el tiempo vuela, el 2012 está a la vuelta y las columnas gigantescas tienen que multiplicarse como mexicanos, a velocidad vertiginosa. Ojalá que las obras, todas, cuando se concluyan, si es que se concluyen, no sean insuficientes para permitir el desplazamiento eficaz de la cantidad de virus vehiculares que sí se multiplican de manera rápida y eficaz, para transportar, en la mayoría de los casos a un sólo tripulante.

¿Obras y mentalidad a la mexicana? ¿ Inauguraciones a medias? ¡Ojalá que no! Pero eso sí, el vestido de nuestra querida y vieja dama, llevará ahora, estampados eternos en forma de telarañas, cortesía del progreso y las nuevas vialidades.


Informa en 24 Horas Julieta Berganza Linares.

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