miércoles, 21 de septiembre de 2011

El Diablo se viste de...Dante




Todavía con Miguel de la Madrid, los mexicanos todos sabiamos que el candidato tricolor era el naciente presidente: nadie apostaba por lo contrario. Los adversarios del PAN y las células del PRD recorrían el país, más para aumentar su imagen propia que en busca de un triunfo, más remoto y pasado que Charlie Sheen.

La campaña, más que eso, era un protocolo de nuestra discapacitada democracia. El gobierno era juez y parte de las elecciones. Así nadábamos de a muertito y nadie se escandalizaba por el carro completo del tricolor. Hasta que, en palabras de Carlos Salinas, a México le ocurrió en seis meses lo que no había vivido en los últimos 60 años: magnicidios, guerrilla - de papel, pero ganadora de los medios en fin- y recomposición de una izquierda guíada por los lazarillos expulsados o egresados del PRI.

Ahora, los destapes no son encabezados por Fidel Velázquez ni por los sectores campesino y popular ni mucho menos por las "fuerzas vivas". Son en vivo, en un estudio de televisión con el locutor con más rating y pronunciados por el propio interfecto (a) que busca la presidencia.

Así han pasado al confesionario mediático todos los posibles del PRI, del PAN y de lo que queda del PRD. Menos el "Peje": se cuece aparte, porque sigue extraviado en otra galaxia.

Llegó el turno del enemigo a vencer.

No fue necesario deshojar una margarita; tampoco consultarlo mucho con la almohada.

Se veía venir, era un secreto a voces en el infierno y de Sonora a Yucatán. Su vertiginosa carrera política lo tiene ubicado ahora tocando el portón principal de la casa presidencial en Molino del Rey. Aunque no se quiera, atrás de él se divisa una cargada de búfalos de asta tricolor.

Así es esto de la "grilla" y no hay antídoto contra esa larga como interminable manada.

Pero, el hombre de Atlacomulco estará consciente que otra cargada lo querrá aplastar y sacarlo de la ruta Atlacomulco-Los Pinos: destruyen todo a su paso, embisten todo lo que se ponga enfrente, son de naturaleza antropófaga, aplastan todo lo aplastable y con fuerza de huracán aniquilan al adversario para siempre, vivo o muerto.

Es la cargada más peligrosa: y desde el lunes por la noche abrió las grandes y espantosas fauces.

Van por todo. Y por todos. Con rabia, buscan devorar al contrincante. Suelen ser del mismo partido político, confabulados con todos los adversarios del "objetivo". Los enemigos de sus enemigos, son sus amigos.

No es el autodestape en el Canal de las Estrellas - ya se esperaba- ni las encuestas que lo marcan favorito ante tirios y troyanos: es la guerra por el poder. En la que se gana todo o se pierde todo.

La cargada que dejará de ser amorfa al acercarse el "día D", es como la hidra de mil cabezas: Paso a paso surgirán nombres, apellidos, alias, fortunas, alianzas, pactos de sangre, siglas, colores, grupos y mafias.

Paso a paso, desenterrarán cadáveres, ventilarán historias tan caras como falsas, tejerán rosarios de culpas ajenas y colgarán decenas, cientos y miles de "milagritos" al enemigo a vencer.

Es más mortifera y pesada que la cargada de buscachambas y aplaudidores: no es un ser mitológico, mitad búfalo mitad hombre; es el diablo y existe.

El de verdad. no el de los tolucos. A ese sí hay que tenerle miedo.




Informa en 24 Horas... Dante Limón.