Listos… A menos de un año de las elecciones presidenciales en Francia, la clase política de este país profundamente politizado se prepara y marca su posición. Y no cabe duda de que el Presidente Nicolas Sarkozy está dispuesto a dar una gran batalla para lograr su reelección por cinco años más al frente de los destinos de la nación gala.
Para bien o para mal, el controvertido estadista –por lo menos no pasa desapercibida su personalidad en el ámbito internacional- ha demostrado que sabe jugar sus cartas y capitalizar las circunstancias.
La apoteótica llegada a Paris de los periodistas Stéphane Taponier y Hervé Ghesquiére, secuestrados por talibanes afganos desde diciembre de 2009 y finalmente liberados el miércoles, ilumina el cielo de Sarkozy y su gobierno ante una opinión pública sensible a este asunto con epílogo afortunado. No hubo jornada, durante las 547 que duró el cautiverio de estos dos reporteros, en que los medios impresos y electrónicos unidos no hicieran mención del secuestro de sus colegas, publicando el conteo de los días transcurridos desde su privación de libertad y de oficio (En algunos paises asesinan periodistas y al día siguiente la “anécdota” queda en el olvido colectivo).
El pasado martes, la ministra de finanzas del gobierno de Nicolas Sarkozy es nombrada directora gerente del Fondo Monetario Internacional. Christine Lagarde se convierte así, al mismo tiempo, en la personificación de los aciertos políticos del actual régimen francés, que indudablemente incluye cuadros de reconocido nivel internacional.
Hace tan sólo una cuantas semanas –y también a propósito del FMI- Sarkozy tiene la ventura de deshacerse de su probable y más popular contrincante en las próximas elecciones presidenciales. El árbol caido Dominique Strauss-Kahn, hoy envuelto sin remedio en un sórdido problema judicial del que ya se habló hasta el cansancio, era sin duda el candidato del ahora opositor partido socialista y había, en su figura, serias probabilidades de un retorno de la izquierda en Francia.
Desheredados por el affaire Strauss-Kahn, los socialistas se debaten y se muerden la cola los unos a los otros para la designación de un nuevo futuro candidato(a), y su imagen pública está maltrecha y confusa, para el discreto beneplácito de los partidos de derecha y el Presidente de la República.
Así mueve Sarkozy, "casi" sin proponérselo, sus piezas de ajedrez. Así se sube al tren de su reelección. Hasta la aprobación, el miércoles, del rescate económico de Grecia le es benéfica para sus bonos políticos, como el gran defensor –junto con la canciller alemana Angela Merker- del Euro y sus implicaciones.
Por si esto fuera poco, Sarkozy y su cinematográfica esposa Carla Bruni, veranean en la Riviera Francesa exponiendo ella ante los paparazzi su embarazado vientre de la prosperité.
Informa en 24 Horas, Philippe Bac
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