El voto contra la Mexicocracia.

Elecciones lluviosas. Ojalá que hoy, y a pesar del mal tiempo en el centro del país, se haya registrado una copiosa votación.
El voto es nuestra única arma, pequeña y tal vez para muchos inofensiva, pero el único medio a nuestro alcance para que se escuche aunque sea un murmullo de inconformidad.
La Mexicocracia, que no democracia, es ahora nuestra forma de gobierno, y como todo lo nuestro, lo mexicano, nuestra forma de hacer gobierno también es única, original, muy nacional y muy característica. Al fin, "Como México no hay dos"

Sólo en México se puede anunciar que se impugnarán las elecciones que aún no se efectúan, sólo en México caemos en el absurdo de descalificar a las pocas instituciones en las que todavía creemos. Sólo en nuestra peculiar forma de gobierno, los ciudadanos somos rehenes, seres invisibles a los creen que se puede engañar, sin concederles siquiera un poco de sentido común. Y nos brindan eso sí, espectáculos que en otros países serían inimaginables. Alianzas monstruosas que finalmente y gracias a que aún prevaleció un poco de cordura no se dieron. Ni dragones ni alebrijes, pero sí candidatos abandonados por sus propios partidos.

Las elecciones del Estado de México, se han considerado tradicionalmente como un ensayo de las Ligas Mayores, como una predicción de lo que sucederá en las Presidenciales. ¿Será que el PRI finalmente regrese después de su retiro forzado de doce años, a la residencias más codiciada de México? Si la prueba de laboratorio es efectiva, todo parece indicar que así será.

Tenemos un año por delante, para no olvidar que a pesar de todo, de nuestra desilusión, de nuestra falta de confianza, de nuestra desesperanza, debemos salir a VOTAR. Empecemos por ahí. "El voto blanco" es quedarnos mudos.

Informa en 24 Horas Julieta Berganza Linares